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Hari om,
buenos días yogis y yoginis…
en estos días en el que todos rompemos un poco con el ritmo habitual,
seguimos nuestra práctica cada uno encontrando el lugar y el momento oportuno.

He estado paseando mucho por Madrid estos días, unos paseos callejeros muy meditativos y con mucha calma,
a veces las ciudades tambien pueden ser una fuente de paz, de creatividad de fluidez…
una de las cosas que mas me gusta cuando paseo
y están todos los comercios cerrados es mirar hacia arriba mientras mis pies están en el asfalto,
es un autentico descubrimiento, ver como la arquitectura de edificios que han visto pasar muchas generaciones,
se relacionan con el cielo infinito, me da una sensación de estar fuera del tiempo.
En la ciudad que tanto se critica sin sentido también se puede respirar y hay mucha belleza.
Un aspecto en el que podemos colaborar para que se respire mejor es en amar más el espíritu de todo y todos, cuando nos cruzamos con alguien ir mas allá de esa persona caminando que esconde una historia y siempre tiene el mismo fin, querer ser amada…
no importa el aspecto físico eso es solo un chubasquero que nos ponemos un rato,
lo de dentro es permanente, si logramos movernos con este estado de conciencia todo se transforma en amor.
La humanidad esta en falta de mas amor incondicional.

Esta semana en nuestra práctica os propongo sentir la esterilla como el suelo que pisamos,
nosotros obras de arquitectura llenas de experiencias que se elevan al infinito y pueden danzar con las nubes en libertad.

Sintamos la práctica traspasando los revestimientos…
Os espero
namaste
 🧘‍♂️