Hari om, querida Sangha, hoy os escribo con una vista infinita mirando el mar del cielo… haciendo una parada en el camino, en los montes de Jaén. Visitando las tierras de la amistad me han llevado a un poema de Antonio Machado que escribió cuando vivió en Baeza y me siento reflejada en estas letras.
Olivo del camino.
Olivo solitario,
lejos del olivar, junto a la fuente
olivo hospitalario
que das tu sombra a un hombre pensativo
y a un agua transparente,
al borde del camino que blanquea,
guarde tus verdes ramas viejo olivo…
En este fragmento podemos leer como en el alma hay una parte solitaria y misteriosa que desconocemos, como cada olivo en estos montes su presencia cuenta aunque pase desapercibida. Por donde pasamos dejamos huella estar atentos y observar con intimidad que esta pasando es un camino de uno solo que no es soledad. Estas paradas sola, sin nadie ni en un sitio que conozco es lo mismo que cuando me pongo en la esterilla no se qué va a pasar durante la práctica es un momento de intimidad con mi respiración que hará que con apertura conozca un poco más de mi alma misteriosa. El camino del yoga es individual como el olivo de Baeza pero estamos guiados y acompañados pero solo lo podemos hacer nosotros. No se os olvide en esta estación de extroversión parar en la sombra del olivo y poner la esterilla para veros.
con gratitud a hoy…